Siempre hemos arrancado al mar el mismo producto y de la misma forma, garantizando así sus innumerables propiedades desde tiempos inmemoriales. Al igual que ya lo hacían fenicios y romanos, producimos la sal por la evaporación de agua del mar, utilizando solamente la energía del sol y el viento… Así de sencillo.

Nuestra actividad ha creado y sostiene espacios naturales de extraordinario valor ecológico, reconocidos como zonas únicas y especiales para la conservación de la biodiversidad. Utilizamos recursos renovables y mejoramos el entorno, creando áreas protegidas internacionalmente, en algunos casos Reserva de la Biosfera.